Por: Vanesa López
Hará un par de años que escuché la palabra “Blockchain” por primera vez. Un conocido que trabaja en una tecnológica intentó explicarme qué era, y la verdad, a pesar de sus esfuerzos tengo que reconocer que no me enteré de mucho. En aquel momento me bastó con saber simplemente que era una nueva tecnología y pensaba que, como otras muchas, quedaría circunscrita al entorno IT sin que a futuro tuviera puntos en común con mi sector.
El caso es que pocos meses después esta palabra comenzó a hacerse visible por doquier
– En gran parte debido al auge de las criptomonedas – hasta llegar al momento actual donde todo el mundo habla de Blockchain. Como muestra aquí os dejo la búsqueda que acabo de realizar y que arroja la friolera de 210.000.000 resultados en Google (y subiendo):
Siguiendo mis inquietudes, y también impulsada por un proyecto en el que estaba colaborando, continué en la búsqueda de su significado. Pero no del significado técnico, sino de un significado que yo, una mortal abogada, pudiera comprender y trabajar. Varias formaciones después y unas cuantas lecturas devoradas creo que puedo estar en la osadía de atreverme a mostrar, de forma muy sencilla y dirigida en exclusiva a un público legal, qué es Blockchain.
Si buscáis en la web encontraréis muchas entradas que comienzan la explicación diciendo que es una “cadena de bloques”, cosa que es verdad y evidente (block + chain). Pero yo soy una persona práctica así que prefiero abordarlo desde otro punto de vista, en concreto quiero explicaros para qué sirve esa cadena de bloques.
En este artículo me centraré en dos de las grandes utilidades del Blockchain:
- Intercambio de valor
Hasta ahora internet se utilizaba para el intercambio de datos. Pero lo novedoso del Blockchain es que permite el intercambio de valor. Se trata de crear activos digitales (tokens) y otorgarles un valor, para después permitir que estos activos sean intercambiados entre las partes a través de internet. Acercándolo al Derecho Civil podríamos decir que Blockchain produce un traslado de posesión y de propiedad, pero sin la llamada “traditio” física sino virtual.
Así podemos intercambiar monedas virtuales, bienes, servicios, o cualquier otra cosa que podamos imaginar, siempre realizando previamente un proceso llamado Tokenización. La Tokenización consiste precisamente en crear el activo en formato digital para que pueda ser intercambiado virtualmente. ¿Cómo? Con algoritmos matemáticos.
Dentro de los tokens tenemos los fungibles y los no fungibles. Fungibles serían, por ejemplo, las monedas virtuales pues son todas del mismo tipo, valor y características. No fungibles (NFT) serían los activos singulares, con características que los hacen únicos e inigualables, como por ejemplo una obra artística o incluso un tweet ¿Conocéis la noticia de la venta del tweet? Si no es así aquí os la dejo:
- Registro
Una segunda utilidad del Blockchain sería la de registro. Creo que para entender las cosas hay que comenzar desde el principio, así que he aquí unas nociones muy básicas: las operaciones se realizan en una red de nodos. ¡Que no cunda el pánico!:
- Nodo: equipo informático
- Red: conjunto de equipos informáticos.
Por lo tanto una red de nodos es un conjunto de equipos informáticos que están conectados entre sí y comparten información.
Esta red puede ser centralizada, descentralizada o distribuida. La red Blockchain es distribuida, lo que quiere decir que cada uno de los equipos informáticos es emisor y receptor, que ninguno de los nodos dirige o gobierna a los demás, y que si un nodo cae la red subsiste. Lo veréis más claro con este ejemplo que he hecho para vosotros:
Y así funciona: un nodo emite una información a la red y el resto de nodos la reciben de forma simultánea. Esa información viaja de forma encriptada, de modo que los nodos receptores se ponen manos a la obra e intentan a descifrar ese mensaje a toda máquina. Una vez un nodo logra desencriptar la información se genera un registro que es conocido y reconocido por el resto de la red, de modo que Blockchain actúa como una suerte de libro-registro dando constancia fidedigna de esa concreta operación.
Así es como se genera un bloque en la cadena, que será inalterable e inmutable pues el siguiente bloque de información que se una no puede contradecir el contenido del bloque anterior y así sucesivamente. Imaginaros, en este punto, un intercambio de moneda virtual: cada vez que se realiza una operación – compra o venta – se vierte a la red y el resto de usuarios deben validarla, y así sucesivamente. Es como un libro contable gigante con infinitésimas posibilidades de fallo.
Ahora que quizá ya tengas más claro para qué sirve Blockchain te invito a buscar casos de uso. ¡Yo los encuentro en todas partes! Sobre todo en temas de trazabilidad. Por ahora se está usando de forma real en muy diversos sectores: agroalimentario, transportes, farmacéutico, gubernamental, bancario, energía,… Personalmente creo que el desarrollo de esta tecnología aumentará y conforme vaya siendo conocida e implementada se extenderá mucho más. Aparecerán problemas y situaciones a las que deberá irremediablemente enfrentarse el Derecho, y es por ello que debemos estar preparados para cuando llegue ese momento. Saber al menos qué es Blockchain y poder aproximarnos desde una perspectiva jurídica nos enriquecerá y abrirá un mundo nuevo de posibilidades. La innovación tecnológica debe conllevar una innovación legal, desde aquí te animo a que aproveches este magnífico momento para cultivar tu conocimiento y te aproximes a los conceptos tech ¡No tengas miedo!
3 Comentarios
Excelente
Felicitaciones excelente
Muchas gracias por los conocimientos socializados, son de mucha utilidad y despiertan el interés en el lector. De nuevo muchas gracias.